Cáncer de páncreas:
Fisiopatología, diagnóstico y estadificación
*Importante: este grupo de diapositivas representa una interpretación visual y no pretende proporcionar ni reemplazar el consejo médico o clínico.
El cáncer de páncreas afecta al páncreas, un órgano del aparato digestivo que se encuentra ubicado en la parte superior del abdomen.
Anatómicamente, el páncreas se divide en tres regiones: la cabeza, el cuerpo y la cola.
El cáncer es el crecimiento anormal de células.
La mayoría de los tipos de cáncer de páncreas son adenocarcinomas que aparecen en los conductos encargados de producir enzimas digestivas para metabolizar los alimentos. Tienden a aparecer en la cabeza del páncreas y pueden crecer rápidamente.
Alrededor del 10% de casos de cáncer pancreático son del tipo endocrinos o insulinomas. Estos tienden a ser tumores de crecimiento más lento localizados en el cuerpo o la cola del páncreas.
Otros tipos de cáncer, como linfomas, sarcomas, cáncer de células acinares, cáncer sólido y pseudopapilar, también pueden surgir en el páncreas.
El cáncer de páncreas se diagnostica mediante imágenes y biopsia, tras la sospecha de la enfermedad en base a un conjunto de síntomas.
Estos síntomas pueden ser, entre otros, ictericia, orina oscura, heces pálidas, pérdida de peso, fatiga, dolor en la región superior del abdomen o dolor de espalda, sensación de saciedad después de comer y empeoramiento nuevo o reciente de la diabetes.
Las pruebas iniciales pueden incluir una ecografía abdominal o una tomografía computarizada. La ecografía utiliza ondas sonoras para crear una imagen de las estructuras internas del cuerpo, pero la información que proporciona es a veces limitada.
Una angiografía por tomografía computarizada del páncreas con contraste IV ofrece más información. Es más precisa y puede identificar tumores más pequeños. También puede indicar si el cáncer se ha diseminado a otros órganos y el grado en que están afectados los vasos sanguíneos. Una resonancia magnética también puede ayudar a aclarar la naturaleza de una masa en el páncreas.
Otra técnica con imágenes utilizada cada vez con más frecuencia es la ecografía endoscópica, en la que se inserta, con un endoscopio, una pequeña sonda en el estómago o el intestino delgado para visualizar directamente la imagen del tumor.
Al mismo tiempo, puede realizarse una biopsia llamada aspiración con aguja fina (fine needle aspiration, FNA) mediante la inserción, en el tumor, de un tubo similar a una aguja fina. Las células extraídas se analizan para ver si el tumor es canceroso.
Posteriormente al estudio por imágenes, se determina el estadio del cáncer. Este se basa en el tamaño del tumor y si la enfermedad se ha diseminado a las estructuras cercanas (principalmente vasos sanguíneos) y los órganos.
Los términos estadio I y estadio II hacen referencia a la enfermedad localizada, la cual solo puede ser confirmada por el examen patológico posterior a la cirugía.
En el estadio I se encuentran pequeños tumores localizados. En el estadio II, los tumores se observan con afectación de los ganglios linfáticos (o estadio IIB) o sin afectación de los ganglios linfáticos (o estadio IIA).
En el estadio III de la enfermedad, el tumor envuelve o rodea arterias y venas importantes. Esto significa que no se puede extirpar quirúrgicamente. Este estadio a menudo se denomina "localmente avanzado".
En el estadio IV, el cáncer se ha diseminado a otros órganos, por lo general al hígado o al revestimiento interior de la cavidad abdominal, los pulmones, los ganglios linfáticos o, con menor frecuencia, a los huesos.
La estadificación ayuda a los médicos a determinar el tratamiento a seguir. También se relaciona con los resultados. Las tasas de supervivencia son más altas en los estadios I y II de la enfermedad.